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7 principios para que tus sueños se puedan hacer realidad. Si no honras y no le prestas atención, no se van a manifestar sobre tu vida, y estos principios determinan si tus sueños se cumplen o no. 

Los sueños son parte de la manifestación del Espíritu Santo en tu vida, y debes de completarlos. Es importante visualizarlos y escribir sobre ellos. Hay cinco cosas que son necesarias escribirlas para planificar tu próximo paso para que se haga realidad.

Los sueños son parte de la manifestación del Espíritu Santo y Dios quiere soñar a través tuyo. Hay tres maneras para desatar los sueños; dándole valor al sueño, documentándolo lo mejor posible y dedicándole tiempo todos los días.

Para emprender, para progresar en la vida, se requiere un corazón dispuesto, pero se requiere además un corazón dedicado a conocer la sabiduría.  Esto implica inquirir, buscar con sabiduría acerca de todo lo que se hace debajo del cielo.

Dios te creó para ejercer dominio sobre la creación, pero hay otra dimensión en la que Él también quiere que tengas autoridad, y es en mantenerte enfocado a lo que Él te ha llamado, en quien eres en Él, y no permitir en tu atmósfera conversaciones erróneas, pensamientos contrarios, que afecten el dominio que Dios quiere que tú tengas.

Tu fe es el factor que hace que Dios te mire con agrado.  Él encuentra agrado en ti por tus actos de fe.  Los más grandes obstáculos en la vida, se pueden mover por un pequeño granito de fe.  Tú tienes la capacidad de creer; no se requiere una fe gigantesca; tu vida toma una nueva dirección en el momento que tú comienzas a creer.

No es Cualquier Semilla Estamos en ese tiempo del año en que celebramos que la semilla más grande jamás plantada, fue sembrada, y todavía hoy sigue dando frutos.  No es cualquier semilla, es la preciosa semilla.  A Dios se le da lo mejor; y aquel que le da lo más valioso a Dios, tiene grandes resultados.

Todavía… pero Pronto. Ten Paz. Lo que esperabas que ocurriera, no ha ocurrido… todavía.  Pero pronto verás la salvación, la solución para tu vida, el milagro que tú estás esperando.  Ten paz.

Una cosa es la voluntad eterna de Dios, otra, la del ahora.  Pero una no contradice la otra, sino que adquiere preeminencia en un momento dado.  Y tu obediencia es vital para tu éxito.  Ten disciplina en los principios de Dios expresos en su palabra, pero da espacio a que su Espíritu te guíe en tu ahora, a hacer aquello que Dios requiere de ti hoy.

Cuando Dios te dice que puedes emprender, es porque hay un emprendimiento para ti y Él te quiere llevar allí; y tus finanzas no deben ser límite para eso.  Sueña, establece metas y diseña planes para que puedas medir resultados y hacer ajustes hasta alcanzar aquello que Dios ha puesto en tu corazón.

En ti está el poder de escoger qué memorias utilizas para alimentar tu imaginación.  Que Dios te ayude a usarlas de modo tal que el futuro profético se cumpla en tu vida.

Las promesas de Dios provocan en ti deseos, y son esos deseos los que deben alimentar tus pensamientos.  A ti no te debe mover la necesidad.  Conforme tú buscas a Dios primeramente, Él suple tu necesidad, y una vez suplida, lo que debe quedar es el deseo que Dios ha puesto en tu corazón de alcanzar más, de perseguir y obtener todo aquello que Él te ha prometido.